Xavier Albán R.

Sept 24, 2017    

"Acuñación de Prueba 1832"

  "Ecuadorian Trial Coin Dated 1832"

Todos conocemos la historia de cómo empezó a operar la casa de moneda del Ecuador,  que a sus inicios se le dio la labor de desmonetizar parcialmente las piezas adulteradas o de mala ley,  la mayoría de ellas reales acuñados en Popayán.

Es de conocimiento común que en Quito la fabricación clandestina de monedas falsas de metales comunes o bajo contenido de plata fue generalizada en los primeros días de la República.  Esta fabricación clandestina de monedas falsas proliferó entre 1828 y 1831; esta es la razón por la que una de las primeras tareas de la casa de moneda de Quito fue identificar las monedas de 1 real de Popayán que tenían poca o ninguna plata. Normalmente, su contenido de plata era inferior al treinta por ciento y la solución fue desmonetizar estas piezas estas piezas de finura baja contramarcándolas con las letras "Mo" (medio = la mitad), para reducir el valor facial a la mitad.

 

Many  know  that  when Ecuador's  mint  began  to operate,  it  was given  the  task  of  revaluing  or  demonetizing  base  metal  coins, most  of  them  denominated  in  Reales  and  minted  in  Popayan, Colombia.

It  is  common  knowledge  that  in  Quito  the  clandestine manufacture  of  counterfeit  coins  of  base  metal  or  low  silver content  was  widespread  in the early  days  of  the  republic.   This clandestine  manufacture  of  spurious  coins  proliferated  between 1828  and  1831;    this  being  the  reason  one  of  the  first  tasks  of the  Quito  mint  was  to  identify  the  coins  of  1  real  of  Popayan that  had  little  or  no  silver.   Typically their silver content was less than thirty percent and the solution effected was to countermark these low fineness coins with the letters "Mo" (medio = half), to reduce the face value by half.

Real de Popayán desmonetizado a la mitad  mediante la contramarca Mo en el anverso.

Real from Popayan revalued to half of face value with countermark Mo on the obverse.

 

También debemos considerar que la casa de moneda tuvo el trabajo de contramarcar la moneda Granadina con el monograma MDQ (moneda de Quito), la misma que se estableció con el decreto del 26 de diciembre de 1832 emitido por el General Flores, comenzando ese trabajo a inicios de 1833.

Así mismo, sabemos que a más de ese arduo trabajo de desmonetizar las monedas popayenses, se trabajaba simultáneamente montando todo el equipamiento para poder iniciar la elaboración de las primeras monedas, la misma que estaría lista para empezar a mediados de 1832,  realizando su primera acuñación de prueba el 30 de agosto de ese año (Ref. La Moneda Ecuatoriana a través de los Tiempos de Melvin Hoyos, segunda edición, pág. 79).    Hasta aquí no existe nada nuevo, todo está perfectamente detallado en varias obras.

Pero lo que aún no está claro, es cuál fue la denominación de las monedas de prueba que se realizaron en agosto de 1832, que a criterio de algunos investigadores dicha emisión tenía supuestamente impreso la fecha del año siguiente (1833);  es decir, que de alguna manera los operarios, tallador que elaboró el cuño,  el ensayador Guillermo Jameson y el Director de la casa de moneda, el Coronel Alberto Salazzá, adivinaron que el decreto que ordenaría el inicio de operaciones se emitiría al año siguiente de que ellos tuvieran listo la casa de amonedación.  Todo esto a pesar de la presión que ellos tuvieron por montar las maquinarias de la casa de moneda lo más pronto posible, debido a la imperiosa necesidad de circulante que existía en el país.

Ese panorama, en mi opinión, debió hacer todo lo contrario,  el hacer suponer al personal de la casa de moneda, que el presidente Flores debía emitir con celeridad el decreto para que salieran a circular esas monedas el mismo año que se acuñaron, o sea 1832.   Eso es lo que dictaba el sentido común, aunque en la práctica no ocurrió aquello, pues efectivamente dicho decreto salió al año siguiente, pero los miembros de la casa de moneda no tenían como saber que este demoraría en emitirse.

Por otra parte, en la obra del Sr. Eliecer Enriquez,  “Quito a través de los siglos”, hace referencia la hipótesis de que las monedas de pruebas acuñadas el 30 de agosto de 1832 fueron las pesetas, y que según Melvin Hoyos se fortalecería esta hipótesis por no existir reporte alguno sobre el inicio de la acuñación de las piezas de 2 reales de 1833, lo que haría presumir que fue debido a una acuñación de prueba.  Esta hipótesis tiene mucho sentido, razón por lo que ha sido aceptada por todos al punto de que nadie objeta que los 2 reales fueron acuñados en agosto de 1832;   pero el hecho de que no se hiciera un reporte de inicio de esas monedas, no quiere decir de que no pudiera existir otras razones, solo basta con recordar que la elaboración de las pesetas fue irregular y muy pobre en número de piezas y nunca se llegó a concluir, porque la máquina de acuñar sufrió daños, lo que hace que me cuestione si eso no es razón suficiente por la que no se emitió tal reporte?

Además, Melvin Hoyos menciona en su obra “La moneda ecuatoriana a través de los Tiempos” segunda edición, en el literal 7 de la página 102, que el Sr. Salazzá envió un reporte al Ministerio de Hacienda, con fecha 13 de septiembre de 1833, informando de la imposibilidad de reparar el tornillo del Balancín de la máquina de acuñar, y que hasta esa fecha solo lograron producir 400 pesos en pesetas;  es decir que solo acuñaron 1,600 piezas de 2 reales hasta el 13 de septiembre de 1833.  Sin embargo, en el cuadro de producción que el Sr. Salazzá presentó al Ministerio de Hacienda en 1836, reporta una producción total de 5122 pesos en pesetas de 1833,  o sea 20,488 piezas de 2 reales.   Entonces, fácilmente podemos concluir que 18,888 pesetas debieron acuñarse después del 13 de septiembre de 1833 para completar la producción reportada por Salazzá, una vez que la reparación de la máquina de acuñar se concluyera.  No cabe duda que es un gran misterio que los historiadores deberán seguir investigando, para descubrir cuando y como se acuñaron las piezas de 2 reales de 1833.  Hasta ahora solo se ha podido plantear algunas conjeturas.

En mi opinión particular, puedo decir que cuando se requiere sacar un numerario a circulación, para satisfacer una demanda urgente, la lógica dicta que se comience por las piezas que demanden una mayor necesidad, que normalmente son las monedas de menor denominación, pues es el circulante más solicitado en todas las transacciones.  Así se demostró cuando confirmamos que las primeras piezas que la casa de moneda sacó a circulación fueron los medios reales, seguido al mes siguiente de las monedas de un real.

Entonces, si por sentido común se sabía que denominación monetaria iba a tener una demanda inicial…. Entonces,  ¿porque la casa de moneda decidiría hacer una acuñación de prueba, en agosto de 1832, de monedas de 2 reales? …  ¿No sería ilógico esto?   Como indiqué, el sentido común dictaba que deberían haber comenzado las pruebas con la moneda de mayor necesidad,  que era el ½ real.

De todas maneras, cualquiera que haya sido la denominación de las monedas de pruebas, para mi criterio, estas debieron haberlos impreso con la fecha de 1832, porque se realizaron en agosto de ese año, y con seguridad la casa de moneda no podía imaginar que la orden de emisión se realizaría al siguiente año.

 

 

We must consider that the Quito mint also had the job of countermarking the coins from Cundinamarca (modern day Colombia) of correct fineness with the monogram MDQ (Moneda de Quito), which was established by the decree on December 26, 1832 issued by GeneralFlores. That work was begun in early 1833.

Likewise,  we  know  that  in  addition  to  that  tedious  work  of reviewing  the  problematic  issues  of  Popayan,   they  had  to  acquire  and  set  up  the  equipment  necessary  to  begin  minting  of the  first  coins.   The  machinery  was  ready   by  the  middle  of  1832,   and  the  first  coinage  was  struck  on  August  30  of  that  year  (Ref.  La  Moneda  Ecuatoriana  a  través  de  los  Tiempos  de Melvin  Hoyos,   segunda  edición,  pág. 79).   So  far  there  is   nothing  new;    everything  is  perfectly  detailed  in  several  works.

But  what  is  still  not  known  is  the  denomination  of  the  trial  coins  that  were  made  in  August  of  1832!    In  the  opinion  of some  investigators  this  emission  supposedly  had  been  minted  with  the  date  of  the  following  year  (1833);   that  is  to  say,   that somehow  the  operatives,   the  engraver  who  made  the  die,  the assayer  Guillermo  Jameson  and  the  Director  of  the  mint,   Colonel  Alberto  Salazza,   divined  that  the  decree  ordering  the start  of  operations  would  not  be  issued  until  the  following  year.  All  this  in  spite  of  the  pressure  they  had  to  assemble  the machinery  of  the  mint  as  soon  as  possible,   due  to  the  pressing need  for  circulating  coins  in  the  country.

This  scenario  would  have  us  believe  that  the  staff  of  the  mint assumes  that  President  Flores  should  issue   the  decree  with speed  so  that  those  coins  came  out  the  same  year  they  were coined, 1832.   That  is  what  common sense dictated, although in practice this did not happen, for indeed the decree did not come until the following year (1833),   but  the  staff  of  the mint had no way of knowing that the authorization would be delayed almost a year. That scenario, in my opinion, had to do the opposite, to suggest to the staff of the mint, that President Flores should issue the decree quickly so that those coins would circulate the same year they were minted, that is 1832, this indicated the logic, although in practice that did not happen, because the decree came out the following year, but the staff of the mint did not know that the issuance of the order would be delayed for so long.

On  the  other  hand,  the  book  by  Eliecer  Enriquez,   "Quito  a  través  de  los  siglos",   makes  reference  to  a  hypothesis  that  the test  coins  minted  on  August  30,  1832  were  the  2  reales;  and Melvin  Hoyos  supports  this  hypothesis  in  the  absence  of  any report  of  the  starting  date  for  the  coinage  of  the  2  reales  of 1833,   which  one  could  presume  was  a  trial  coinage.  This hypothesis  is  very  logical,   which  is  why  almost  nobody  rejects the  idea  that  2  reales  were  coined  in  August  1832;   but  the  fact  that  there  was  no  report  of  the  start  of  these  coins  does not  mean  that  there  could  not  be  other  reasons.   One  must remember  that  the  minting  of  the  two  reales  denomination  was irregular  with  few  pieces  minted.   The  scheduled  quantity  was never  achieved  because  the  coin  press  suffered  damage.   I believe  this  may  have  been  the  reason  that  no  such  report  was issued.

Moreover,   Melvin  Hoyos  mentions  in  his  second  edition,   in  Item #7  on  page 102,   of  his  work   "La  moneda  ecuatoriana  a  través de  los  Tiempos"   that  Colonel  Salazzá  sent  a  report  to  the Ministry  of  Finance,   dated  September  13, 1833,  informing  of  the impossibility  of  repairing  the  screw  of  the  press,   (“el  tornillo  del Balancín  de  la  máquina  de  acuñar”)   and  that  until  that  date  the mint  had  only  managed  to  produce  400  pesos  in  two  reales coins;    that  is  to  say,   they  only  minted  1,600  pieces  of  2  reales up  to  the  13  of  September  of  1833.   However,  in  the  production report  that  Colonel  Salazzá  presented  to  the  Ministry  of  Finance in  1836,   he reported  a  total  production  of  5122  pesos  in  pesetas dated  1833,   or  in  other  words,  20,488  pieces  of  2  reales.   Then we  can  easily  conclude  that  18,888  pesetas  had  to  be  minted after  13  September 1833  to  complete  the  production  reported  by Salazzá,   after  the  repair  of  the  coin  press  was  accomplished.    It is a  great  mystery  that  historians  must  continue  to  investigate,  to discover  exactly  when  and  how  the  pieces  of  2  reales  of  1833 were  coined.   Until  now  it   is only  been  possible  to  raise  some conjectures.

In  my  personal  opinion,   I  can  say  that  when  it  is  necessary  to put  coins  into  circulation  to  satisfy  an  urgent  demand,  logic dictates  that  you  begin  with  the  coins  that  are  most  needed,  which  are  normally  smaller  fractional  coins,   since  it  is  the  most requested currency for the majority of transactions.  This was demonstrated  when  we  confirm  that  the  first  pieces  that  were  put in  circulation  were  the  half  real,   and  in  the  followed  month  the  1 real  coins.

So,   if  it  was  known  what  monetary  denomination  was  going  to have  the  highest  initial  demand,   why  would  the  mint  decide  to make  a  trial  2  Reales  coin  in  August  of  1832?     This  does  not seem  very  logical.    As  I  indicated  above  logic  dictated  that  they should  have  begun  trials  with  the  most  needed  coin,   which  was the  ½  real.

Anyway, whatever the denomination of the trial coins, in my opinion, these should have been minted with the date of 1832, because they were made in August of that year, and surely the staff of the Quito mint could not imagine that the authorization would not be made until the following year.

 

   Moneda de 1/2 Real con fecha 1832 GJ  registrada en la NGC con el código 2810734-005

½ Real with date 1832 GJ certificated in NGC  cod. 2810734-005  

 Esta teoría se puede sustentar cuando fui visitado por un joven coleccionista que me mostró una pieza de ½ real de su colección, con un muy asentado desgaste, pero que con claridad se observaba la fecha de la moneda marcada con el año 1832, lo que llamó toda mi atención.  Le dije que esta pieza era extremada rara, que tal vez podría tratarse del eslabón que pudiera definir el misterio de las piezas de prueba que se acuñaron en agosto de 1832. En mi opinión no cabía ninguna duda la fecha que se observaba en la moneda.  Sin embargo, para poder confirmar esta observación, enviamos la moneda a una de las reconocidas certificadoras de monedas como la NGC.

Lamentablemente dicha pieza no pudo ser calificada por su muy alto desgaste.  Sin embargo, la certificadora registró esta pieza con fecha de 1832, y así quedó establecido en el registro 2810734-005 como  ½ REAL 1832 GJ “NOT SUITABLE FOR CERTIFICATION”

Vale la pena mencionar, que cuando las certificadoras no pueden confirmar la autenticidad de una moneda, la registran como “QUESTIONABLE AUTHENTICITY” como el caso 2813928-003; o “ALTERED DATE” si la fecha fue alterada, como el  caso 3719808-007;  o “INELIGIBLE TYPE” cuando no pueden identificar con certeza el tipo de moneda, como el caso 2795087-006 (moneda de 5 sucres 1944 con el resello de 75 años del BCE).   Pero en el caso particular de esta moneda de ½ real, ninguno de esos calificativos fue considerado;  no cuestionaron la autenticidad de la moneda ni tampoco que la fecha haya sido adulterada, o si la pieza fue imposible de identificar.

Además de ese espécimen, yo conocía otro caso de una certificadora de monedas diferente, la ANACS que registró la existencia de otra pieza de ½ Real con el año repisado (1833/2 GJ) con  codigo 4732077; es decir, un 3 repisado sobre un 2,  la que fue puesta en subasta en la casa HERITAGE, en enero  de 2013, la misma que describía como una pieza MoR, unlisted overdate.

 

This   theory   was   substantiated   by   a   young   collector   who  showed   me   a    ½  real  coin   from   his   collection,     which   was  extremely   worn,    but  the  1832  date  was  clearly  visible.   I  told  him   that   this   piece   was  extremely  rare,   that   perhaps   it   could  be  the  link  that could  define  the  mystery  of  the  pieces  of  proof  that  were   minted  in  August   of  1832.    In  my  opinion  there  was  no  doubt  about  the date  that  was  observed  on  the  coin.   However,    in    order  to  confirm  this  observation,   we  sent  the  coin   to   one   of   the   recognized  coin  certifiers,   in  this  case  NGC.

Unfortunately this piece could not be certified because of its extremely  poor condition. However, the certifier registered this piece  dated  1832, and  thus  was  established  in  registry 2810734-005 as  ½ REAL 1832 GJ "NOT SUITABLE FOR CERTIFICATION"

It is worth mentioning that when the certifiers cannot confirm the authenticity of a coin, they register it as "QUESTIONABLE AUTHENTICITY" as case 2813928-003; or "ALTERED DATE" if the date was altered, such as case 3719808-007; or "INELIGIBLE TYPE" when they cannot identify with certainty the type of coin, such as case 2795087-006 (coin of 5 sucres 1944 with the countermark for 75 years of the Ecuadorian Central Bank).  But in the particular case of this coin of ½ real, none of those qualifiers was considered; they did not question the authenticity of the coin or that the date was altered, nor if the piece was unidentifiable.

In  addition  to  that  specimen,   I  knew  of  another  case  from  a different  third  party  grading  service,   ANACS  that  recorded  the existence  of  another  piece  of   ½  Real   with  overdate  (1833/2)  with  number  4732077;   that  is,  a  3  over  2,  which  was  put  up  for auction  by  HERITAGE,   in  January  2013,  described  as  a  “MoR” (medio  real),   unlisted  overdate.

1/2 Real 1833/2 GJ  certificada por ANACS 4732077 y subastada en Heritage ell 3/ene/2013

½ Real 1833/2 GJ certified by ANACS 4732077 and auctioned at HERITAGE on Jan 3, 2013

Estos dos ejemplares me hace meditar la posibilidad de que la emisión de prueba, realizada en agosto de 1832, pudiera haber sido la moneda de ½ real acuñada con la fecha de 1832,  y no la moneda de 2 reales acuñada con fecha 1833 como muchos historiadores piensan, y que como dije anteriormente era ilógico comenzar las pruebas con la moneda de plata de más alta denominación, y peor aún con la fecha del siguiente año.

De ser correcta mi hipótesis, deberían existir más piezas de ½ real de 1833 con fecha repisada y que podrían estar ahora en algunas colecciones,  pasando desapercibido por sus dueños,  porque se atribuía este error a la pobre calidad de los detalles de un punzón tan pequeño.

Para confirmar aquello, realicé una inspección visual de algunas piezas de ½ real 1833, en la que logré observar un detalle importante en la impresión de algunas de estas monedas.

 

These  two  examples  make  me  ponder  the  possibility  that  the emission  of  trials,  made  in  August  1832,   could  have  been  the coin  of   ½  real  minted  with  the  date  of  1832,   and  not  the  2 reales  minted  with  date  1833   as  many  historians  think.   And,  as  I  said  earlier  it  would  have  been  illogical  to  begin  testing  with  the highest  denomination  silver  coin,  and  even  worse  with  the  date  of a  year  yet  to  come.

If  my  hypothesis  is  correct,   there  should  be  more  pieces  of  ½ real  1833  with  overdate  that  could  be  in  some  collections, unnoticed  by  their  owners,   because  this  error  was  attributed  to the  poor  quality  of  the  details  of  a  rather  than  a  smaller  punch.

To  confirm  this,   I  made  a  visual  inspection  of  some  pieces  of   ½ real  1833,   in  which  I  was  able  to  observe  an  important  detail  in the  minting  of some  of  these  coins.

Arriba:  3 monedas  de 1/2 real con fechas impresas sin defecto, guardando proporcionalidad y alineación entre los 4  dígitos.      Abajo:   3 monedas de 1/2 rel con fechas impresas donde el último o 2 últimos dígitos tienen defectos, inclusive el primero no guarda proporcionalidad ni alineación con los 2 primeros dígitos de la fecha.

Top:  3 coins ½ real with dates struck without defect, keeping proportionality and alignment between the 4 digits.    Bottom: 3 coins ½ real with dates where the last or last 2 digits have defects, including the first does not keep proportionality or alignment with the first 2 digits of the date

Se observaba que la mayoría de las monedas de ½ real de 1833 tienen una impresión de fecha totalmente limpia, en la que se visualizaba muy bien los 4 dígitos, guardando una proporcionalidad y alineación entre ellas.  Pero hay otras piezas en la que se observaba que la fecha no son limpias, siendo lo más raro que en esos casos la disformidad de la dígitos de la fecha se presentaba solo en el último o dos últimos números, y en unos pocos casos se visualizaba que además de la disformidad de los dígitos, estos eran de mayor tamaño y su ubicación no se alineaba con los 2 primeros, sino que estaban ubicados en una posición de escalera ascendente.

 

It  was  observed  that  most  of  the  ½ real  coins  of 1833  have  a totally  clear  date,   in  which  the  4  digits  are  quite  clear,   keeping  a  proportionality  and  alignment  between  the  digits.    But  there  are other  pieces  in  which  it  was  observed  that  the  date  are  not  clear, being  the  rarest  thing  that  in  those  cases  the  distortion  of  the digits  of  the  date  appeared  only  in  last  or  two  last  numbers,  and in  a  few  cases  it  was  visualized  larger  digits  and  their  location was  not  aligned  with  the  first  2,   they  were  located  in  an  upward stair  position.

1/2 Real 1833 con disformidad en los dígitos de la fecha;  se observa los 2 últimos dígitos (33) mas grande que los dos dígitos iniciales (18),  además de una ubicación en escalonamiento acendente.

½ Real 1833 with warp in the digits of the date; the last 2 digits (33) are larger than the initial 2 digits (18), in addition to an ascending staggered location.

Todas las monedas de ½ real que tienen disformidad en la fecha, tienen una peculiaridad, y es que ninguna de ellas tienen un problema similar en los primeros dos dígitos del año.  Esto es raro,  porque siempre se atribuía esta anomalía a la calidad tan pobre que Orellana le dio a los cuños de esas piezas, pero nadie se ha cuestionado que en todas ellas solo se observa esta anomalía en los dígitos finales del año.  Es decir, que debemos creer que en los varios cuños que se hicieron para la elaboración de estas piezas, solo tuvieron un mal acabado del tallado únicamente en esos dígitos.   O en su defecto, que las piezas eran tan pequeñas que cuando se hacía la impresión de ellas en la máquina de acuñar, el error se presentaba exactamente en la misma posición de la moneda afectando solo esos dígitos.

¿Es eso lo que debemos creer que sucedió con esas monedas?

Me resisto en creer aquello.   Es muy inusual que solo se presente una disformidad en los últimos dígitos y hace que me plantee el siguiente cuestionamiento:

¿Porque se presenta esta disformidad solo en los últimos dígitos de la fecha?

La única respuesta hipotética que encuentro es que esa disformidad no es producto a  la calidad de la elaboración del cuño, o a un error en la calidad de impresión de las piezas cuando fueron elaboradas; me hace pensar en la posibilidad de que se traten de correcciones realizadas en los cuños, muy probablemente tallados en 1832 para empezar la producción que supuestamente debía comenzar a mediados de ese año, es lo que debieron suponer el personal de la casa de moneda, por la enorme urgencia de demanda de monedas que tenía el país,  sumado a la presión que tenían ellos para tener instalado las máquinas lo antes posible.  Pero como el decreto no llegó a firmarse sino hasta el siguiente año, es muy probable que fuera necesario corregir esos cuños para poder usarlos, obteniendo algunas piezas con esta peculiaridad.

  La poca producción de prueba que se realizó en agosto de 1832 debieron ser unas pocas piezas con la fecha del año 1832, las que pudieron o no haber salido a circulación.  Solo se ha encontrado esta pieza de ½ real 1832 que consta en los registro de la NGC y que probablemente sea única.

Debemos recordar, que cuando Flores dio la autorización para la implementación de la casa de moneda de Quito, fue necesario recurrir a la casa de moneda de Lima, en diciembre de 1831  para obtener toda la información posible, pues la tirante situación que había entre el Gobierno del Ecuador y la Nueva Granada no permitía conseguir el apoyo de las casas de Popayán y Bogotá. (“La Moneda Ecuatoriana a través de los tiempos”- segunda edición, pag. 74)

Recordemos también que en Lima tenía por costumbre corregir los cuños para reusarlos en los años siguientes, esto lo observamos en las acuñaciones de la Casa de Lima del  Cuartillo (KM#143.1) de 1830/28, 1831/0, 1834/3, 1836/5, 1839/8, 1842/32, 1843/32, 1845/36,  como también los ½ reales (KM#144.1) de los años 1827/6, 1829/8, 1833/2, 1835/3, 1836/5, en los 2 reales (KM#95) de 1803/2, 1807/0,  en los 8 reales de 1803/2, 1815/4 entre otros ejemplares.  Así observamos que los cuños no solo eran corregidos el dígito final del año, sino que en muchas ocasiones se corregían hasta los 2 últimos dígitos.

Si se buscó toda la información de cómo se trabajaba en la ceca de Lima, me hace pensar, si sería posible que la costumbre de corregir el cuño también fue transmitido entre esos conocimientos a la casa de moneda de Quito.  Si es verdadera esta hipótesis explicaría porque existen cuños corregidos el último y 2 últimos dígitos, como observamos en algunos ejemplares.

 

The  ½  real  coins  that  have  a  warp  on  the  date  have  a peculiarity,   and  none  of  them  have  a  similar  problem  in  the  first two  digits  of  the  year.   This  is  rare,   because  this  anomaly  was always  attributed  to  the  poor  quality  that  Orellana  gave  to  the punches  of  those  pieces,  but  nobody  has  questioned  that  this anomaly  is  only  observed  in  the  final  digits  of  the  year.   That  is to  say,   we  must  believe  that  in  the  various  punches  that  were made  for   the  elaboration  of  these  pieces,   they  only  had  a  bad finishing  engraving  only  in  those  digits.   Or  failing  that,   the  pieces were  so  small  that  when  they  were  struck  the  error  occurred exactly  in  the  same  position  of  the  coin  affecting  only  those  digits.

Is that what we should believe what happened with those coins?

I  resist  that  belief.   It  is  very  unusual  that  there  is  only  a  warp  in the  last  digits  and  it  makes  me  think  about  the  following  question:

Why is this warp presented only in the last digits of the date?

The  only hypothetical answer I find is that this warp is  not  a product  of  the  quality  of  the  elaboration  of  the  punch,   nor  of  an error  in  the  strike  of  the  pieces  when  they  were  made;   it  makes me  think  about  the  possibility  that  they  are  corrections  made  in the  dies,   most  probably  engraved  in  1832  to  start  the  production that  supposedly  had  to  start  in  the  middle  of  that  year,   is  what the  staff  of  the  mint  should  have  assumed,   the  enormous  urgency  of  demand  of  coins  that  the  country  had,   added  to  the pressure  that  they  had  to  have  the  machines  installed  as  soon  as  possible.    But  as  the  decree  was  not  signed  until  the  following  year,   it  is  very  likely  that  it  would  be  necessary  to correct  those  dies  to  be  able  to  use  them,   obtaining  some  pieces  with  this  peculiarity.

The  little  test  production  that  was  made  in  August  of  1832  must have  been  a  few  pieces  with  the  date  of  the  year  1832,   which may  or  may  not  have  been  released.   Only  this  piece  of  ½  real 1832  has  been  found  in  the  records  of  the  NGC  and  that  it  is probably  unique.

We  must  remember  that  when  President  Flores  gave  the authorization  for  the  implementation  of  the  Quito  Mint,  it  was necessary  to  obtain  information  from  the  Lima  mint  in  December 1831,  because  the  tense  situation  that  existed  between  the Government  of  Ecuador  and  of  New  Granada  (modern  day Colombia)  did  not  allow  the  support  of  the  mints  of  Popayán  and  Bogotá   (“La  Moneda  Ecuatoriana  a  través  de  los  tiempos” - segunda  edición,   pag. 74).

Remember  also  that  in  Lima  it  was  customary  to  correct  the  dies to  reuse  them  in  the  following  years,   this  is  observed  in  the mintings  of  the  House  of  Lima  del Cuartillo  (KM # 143.1)  of 1830/28,  1831/0,  1834/3,  1836/5,  1839/8,  1842/32,  1843/32, 1845/36,   as  well  as  the  ½  reales  (KM # 144.1)  of  the  years 1827/6,  1829/8,  1833/2,  1835/3,  1836/5,   in  the  2  reales  (KM # 95) of  1803/2,  1807/0,  in  the  8  reales  of  1803/2,  1815/4  among  other copies.   Thus  we  observed  that  the  dies  were  not  only  corrected the  final  digit  of  the  year,   otherwise  in  many  cases  corrected  to the  last  2  digits.

If  they  looked  for  all  the  information  on  how  things  worked  in  the Lima  mint,   it  makes  me  think,   if  it  were  possible  that  the  custom  of  correcting  the  dies  was  also  transmitted  to  the  Quito mint.   If  this  hypothesis  is  true,   it  would  explain  why  there  are corrected  dies  in  the  last  2  last  digits,   as  we  observed  in  some specimens.

El misterio del 2 reales 1833

 Melvin Hoyos podría tener razón, al aseverar que la casa de moneda empezó a producir el numerario ecuatoriano a finales de diciembre de 1832,  y que la producción debió comenzar con las monedas de ½ Real con el error de la denominación en quebrado realizados por Juan Orellana como tallador mayor.

También debemos mencionar que el Sr. Juan Orellana fue el primer tallador mayor de la casa de amonedación desde 1832 hasta marzo de 1833 en que fue reemplazado por Eduardo Coronel.  El Sr. Orellana fue el encargado de hacer las primeras emisiones de plata de  ½,  1  y  2 reales.

 

The mystery of 2 reales 1833

Melvin  Hoyos  could  be  right,   stating  that  the  mint  started producing  the  Ecuadorian  coinage  at  the  end  of  December  1832,  and  that  the  production  should  have  started  with  the  ½  Real coins  with  the  error  of  the  denomination  in fraction made by Juan Orellana as a major engraver.

We must also mention that Mr. Juan Orellana was the first major engraver in the Quito mint from 1832 to March 1833 when he was replaced by Eduardo Coronel. Mr. Orellana was in charge of making the first silver issues of ½, 1 and 2 reales.

Primeras monedas de ½, 1 y 2 reales acuñadas en la casa de moneda, atribuidas al tallador Juan Orellana.  Se puede observar las características principales que las atribuyen a él,  como el trabajo rústico de las piezas, la posición de las aves,  el traslape de las montañas que forma el valle en V, el dentado de las gráfilas que son detalles inconfundibles, entre otras.

First coins of ½, 1 and 2 reales minted in the mint, attributed to the carver Juan Orellana.  Can see the main characteristics that attribute them to him, such as the rustic work of the pieces, the position of the birds, the overlap of the mountains that form the valley in V, the teeth of the ring that are unmistakable details, among others.

Además, sugieren algunos historiadores que la pieza de 2 reales también pudo haber empezado su acuñación en 1832, al menos las 1600 piezas que Salazzá confirmó su producción en el reporte de 13 de septiembre de 1833 al Ministerio de Haciendas, informando de la imposibilidad de reparar el tornillo del balancín.   Pero a mi criterio, de ninguna manera esas pesetas pudieron ser las monedas de pruebas, realizadas en agosto de 1832, porque  cualquier moneda que se hubieran hecho en esa fecha, debió  tener impreso el año en que se hizo la prueba,  y no el año siguiente.

No está claro si las piezas de 2 reales empezaron a acuñarse en 1832 o a inicios de 1833, lo que sí puedo decir con toda seguridad es que está pieza, a pesar de la poca producción, fueron trabajadas por ambos talladores, Juan Orellana y Eduardo Coronel,  contrariando lo que piensan muchos historiadores que atribuyen la producción de las pesetas de 1833 solo al Sr. Orellana, porque consideran a estas piezas como la emisión de prueba realizadas en agosto de 1832.

Para comprobar lo mencionado, podemos confirmar que existen monedas de 2 reales 1833 con los acabados característicos propios de cada uno de los talladores.   Así lo confirmamos con las monedas certificadas NGC 4327326-009 que tiene todas las características que pueden atribuirse al Sr. Juan Orellana,  y el  número de registro NGC 3419565-008 que tiene las características inconfundibles atribuibles al Sr. Eduardo Coronel.

 

In  addition,  some  historians  suggest  that  the  piece  of  2  reales could  also  have  begun  its  coinage  in  1832,  at  least  the  1,600 pieces  that  Salazzá  confirmed  its  production  in  the  report  of September 13,  1833  to  the  Ministry  of  Finance,  reporting  the impossibility  of  repairing  the  screw.    But  in  my  opinion,  in  no way  could  those  2  real  coins  be  the  trial  coins,   made  in  August  1832,  because  any  coins  that  had  been  made  on  that date,   should  have  shown  the  year  in  which  the  test  was  done, and  not  the  year  following.

It is not clear if the coins of 2 reales began to be minted in 1832 or early 1833, what I can say with complete certainty is that this denomination, despite the low production, was worked by both engravers, Juan Orellana and Eduardo Coronel, contrary to what many historians think that they attribute the production of the pesetas of 1833 only to Mr. Orellana, because they consider these pieces as the emission of evidence made in August 1832.

To  verify  the  aforementioned,  we  can  confirm  that  there  are  coins of 2 reales 1833 with the finished characteristic of each of the engravers.   This  is  confirmed  by  the  certified  coins  NGC 4327326-009  which  has  all  the  characteristics  that  can  be attributed  to  Mr. Juan Orellana,   and  the  registration  number  NGC 3419565-008  that  has  the  unmistakable  characteristics  attributable to  Mr.  Eduardo  Coronel.

   NGC 4327326-009                                                                                                NGC 3419565-008

             Juan Orellana engraver                                                                                       Eduardo Coronel engraver        

Podemos observar las características que identifica al tallador que realizó el cuño de cada pieza de 2 Reales 1833 que se muestran en las fotos de arriba:   We can observe the characteristics that identifies the carver who made the stamp of each piece of 2 Reales 1833 that are shown in the photos above:

Monedas de 2 reales con las características atribuidas a los talladores:

Juan Orellana (izq.) acuñada probablemente en 1832 o inicios de 1833,   y  Eduardo Coronel (derecha) acuñada probablemente después de sept. 13 de 1833

Coins of 2 reales with the characteristics attributed to the carvers:

Juan Orellana (left) probably minted in 1832 or early 1833,  and  Eduardo Coronel (right) probably minted after Sept. 13 of 1833.

-    Observamos que para el caso del cuño tallado por Juan Orellana, los acabados son rústicos y de menor calidad que el tallado del cuño de Eduardo Coronel.

-        La posición de las aves ubicadas sobre las montañas son totalmente distinta entre ambos talladores. Siendo esta la característica más relevante para determinar a quién corresponde cada cuño.

-        La formación del valle entre las montañas, que para el caso del cuño tallado por Orellana, el traslape de las montañas establece un punto de encuentro (vértice), dando la forma al valle en V;  a diferencia del cuño de Coronel que se forma cuando el encuentro de la montaña de la derecha hace una curva cerrada para montarse sobre la falda de la montaña de la izquierda, formando el valle en U.

-        El acabado de las laderas de las montañas son muy diferente, notándose el fino labrado en la moneda proveniente del cuño de Coronel.

-        El rustico diseño del dentado de las gráfilas en la moneda de Orellana, a diferencia del muy buen acabado que tiene en la pieza de Coronel.

-        El acabado de los números que conforma el año 1833, en la que es muy notorio la diferencia de la forma de los dígitos, sobre todo podemos observar lo muy diferente que es el número 8 entre ambos talladores.

-   Y por último el detalle en la parte inferior de la cornucopia, que para el caso del cuño de Orellana es grueso y muy rústico, mientras en el cuño de Coronel los acabados son finos.

 

-  We note that for the case of the die engraved by Juan Orellana, the finishes are rustic and of lower quality than the carving of Eduardo Coronel's die.

-  The position of the birds located on the mountains are totally different between both engravers. This being the most relevant feature to determine which corresponds to each die.

-  The formation of the valley between the mountains, that for the case of the cut engraved by Orellana, the overlap of the mountains establishes a meeting point (vertex), giving the form to the valley in V; unlike the Coronel die that is formed when the meeting of the mountain on the right makes a sharp curve to be mounted on the skirt of the mountain on the left, forming the valley in U.

-  The  finish  of  the  slopes  of  the  mountains  are  very  different, noticing  the  fine  engraving  in  the  coin  from  the  stamp  of  Coronel.

-  The  rustic  design  of  the  teeth  of  ring  in  the  coin  of  Orellana, unlike  the  very  good  finish  that  is  in  the  piece   of Coronel.

-  The  finishing  of  the  numbers  that  make  up  the  year  1833,   in which  the  difference  in  the  shape  of  the  digits  is  very  no ticeable, above all  we  can  see  how  very  different  the  number  8  is between  both  engravers.

-   And finally the detail in the lower part of the cornucopia, which for the case of the Orellana die is thick and very rustic, while in the Coronel die the finishes are fine.

Todas estas características identifican el trabajo de cada uno de los talladores, plasmados en las piezas de 2 reales 1833, lo que demuestra que a pesar de las pocas pesetas que se acuñaron de ese año, se hicieron en diferentes periodos y con ambos talladores, contradiciendo lo que hasta ahora se piensa, que todas las pesetas se realizaron en 1832 por Juan Orellana.

Además, de lo mencionado hasta ahora, nos permite deducir que la moneda de 2 Reales acuñada por Juan Orellana, debería ser mucho más rara que la moneda de 1 real de 1833 tallada también por él.  Solo he conocido el espécimen que consta en la foto de este artículo, tampoco ha sido reportado en las obras de Melvin Hoyos y Ramiro Reyes, en las que aparecen en ambas obras solo la moneda del tipo que corresponde al tallado de Eduardo Coronel, atribuyéndolas de manera errónea a Juan Orellana.

Debemos recordar que, de las 20,488 piezas que Salazzá reporta en el informe de 1836 como producción total de pesetas, solo 1,600 se acuñaron en monedas de 2 reales hasta el 13 de septiembre de 1833 según lo reportado por el mismo Salazzá, cuando informó la imposibilidad de conseguir el tornillo del balancín; lo que quiere decir que las 1,600 pesetas que se produjeron hasta antes del 13 de septiembre debieron ser realizadas por el Sr. Orellana, que es menos del 8% de la producción total.  Esta última afirmación se basa porque la orden de producir monedas de 1 real que recibió la casa de moneda, el 28 de Febrero de 1833, el art1 menciona: “Desde esta fecha se sellarán en la casa de moneda del Estado, reales de plata con el mismo tipo que las pesetas, a excepción que en el lugar donde se estampa el No. 2 se sustituirá por el No. 1” – “La Moneda Ecuatoriana a través de los tiempos” segunda edición de Melvin Hoyos, pag. 103;  lo que deja claro que para cuando se dio la orden de acuñar la moneda de 1 real en febrero de 1833, ya existían las monedas de 2 Reales, y para esa fecha, solo podían provenir del cuño tallado por Juan Orellana, quien era el Tallador mayor de la Casa de moneda.

La producción restante de 18,888 pesetas (más del 92% de la producción total), con toda seguridad, debieron acuñarse después de la fecha del informe del 13 de septiembre de 1833, lo que quiere decir que solo podía ser realizado por el Sr.  Eduardo Coronel que para entonces ya era el Tallador mayor de la casa de moneda.

 

All  of   these   characteristics   identify   the   work   of  each  of  engraver   enshrined   in   the  coins  of   2  reales  of  1833  despite  the   few   coins   of   2   reales  minted  in  this  year  they  were  made  in  different  periods  and  contradicting  what  we  have believed,    that  all  coins  of  2  reales  were  made  in  1832  by  Juan  Orellana.

In  addition,  from the aforementioned, it allows us to deduce that the  coin of 2 reales coined by Juan Orellana,  should be much rarer  than  the  1 real coin of 1833  also  engraved  by  him.   I  have only  known the  specimen  that  appears  in  the  photo  of  this  article,   it  has  not  been  reported  in  the  works  of  Melvin  Hoyos  and   Ramiro  Reyes,    in  which  only  the  coin  corresponding   to   the  carving  of  Eduardo  Coronel  appears  in  both  works,     attributing them  erroneously  to  Juan  Orellana.

We  must  remember that, of the 20,488 pieces  that  Salazzá reported in the 1836  report  as  total  production of pesetas, only 1,600 were struck in coins of 2 reales until September 13, 1833 as reported by  Salazzá,  when  he  reports  the  impossibility  of getting  the  screw; which means  that  the  1,600  pesetas  that  were  produced  before  September  13  must  have  been  carried  out by  Orellana,  which is less than 8% of total production.   This last statement is based on the order to produce coins of 1 real that was received  by  the  mint,  on  February  28, 1833;   article  1  mentions: "From  this  date  will  be  struck  in  the  mint,  1 real coins of the same type as the pesetas (“pesetas” in Ecuador was synonymous with “2 reales”),  except that in the place where the numeral 2 is stamped, it will  be  replaced  by  the  numeral 1"  –  “La Moneda Ecuatoriana a través de los tiempos” second edition of Melvin Hoyos, pag. 103;  which confirms that by the time the order was given to mint the coin of 1 real, in February of 1833, the coins of 2 reales already existed, and for that time, they could only come from the die engraved by Juan Orellana, who was the engraver of the Quito mint.

The  remaining  production  of  18,888  pesetas  (more than 92% of total production),   surely,  had  to  be  coined  after  the  date  of  the report  of  September  13, 1833;   which  means  that  it  could  only  be made  by  Eduardo  Coronel,   who  by  then  was  already  the engraver  of  the  Quito  Mint.

Conclusiones

Como conclusiones podemos resumir todo lo mencionado hasta ahora en 7 puntos esenciales:

  1.  Las monedas de pruebas acuñadas en agosto de 1832 no serían las pesetas como lo sugieren la mayoría de los historiadores, por el poco sentido común que tendría el realizar las pruebas de acuñación sobre piezas que no eran las de mayor necesidad.
  2.  Que la acuñación de prueba debió tener impreso el año de 1832, porque la casa de moneda no tenía manera de intuir que el decreto de operación demoraría en salir hasta el año siguiente.
  3.  Para sustentar ambas hipótesis, me apoyo en la existencia de una moneda de ½ real registrada por la NGC con fecha 1832,  por el ½ real 1833/2 certificada por la ANACS y algunos ejemplares que existen con disformidad en los últimos dígitos de las fechas, que hace presumir que son monedas producto de cuños que fueron corregidos.
  4.  Solo 1,600 de las 20,488 piezas de 2 reales 1833 pudieron ser acuñadas por Juan Orellana (menos del 8%), las que fueron las primeras pesetas, esto sustentado por el informe del 13 de septiembre de 1833 del Sr. Salazzá confirmando aquella producción hasta esa fecha.
  5.  Las restantes piezas de 2 reales debieron ser talladas después del 13 de septiembre de 1833, tarea que debió ser ejecutado por el Sr. Eduardo Coronel, debido a que Orellana ya no era el tallador mayor de la casa de moneda.
  6.  Ambas monedas de 1 y 2 reales de 1833 talladas por Juan Orellana deben ser piezas extremadamente difíciles; siendo la de 2 reales mucho más compleja de encontrar que las piezas de 1 real.
  7.  Eduardo Coronel elaboró más del 92% de la producción total de monedas de 2 reales 1833, mientras que Juan Orellana menos del 8%, por lo que hasta la fecha no se había encontrado una moneda de 2 reales tallada por Orellana. Esto permitió atribuir a Orellana erróneamente las pocas piezas encontradas de 2 reales, cuando realmente pertenecían a Coronel.
 

Conclusions

As conclusions we can summarize everything mentioned so far in 7 essential points:

  1.  The test coins minted in August 1832 would not be 2 real coins  as most historians suggest,  because it would  make  little sense  to have the mint trials on the least  needed  coins.                
  2.  That  the  trial  coinage  should  have  been  struck  in  the  year 1832, because the mint  had no way of guessing that the  decree would not be issued until the following  year.                         
  3.  To support both hypotheses, I support the existence of a ½ real coin registered by the NGC dated 1832, the ½ real 1833/2 certified by the ANACS and some pieces that exist with the warp in the last digit of the dates, which makes the presumption that they are the product of dies that were corrected.
  4.  Only  1,600  of  the  20,488  pieces  of  2  reales  1833  could  be minted  by  Juan  Orellana  (less  than  8%),   they  were  the  first pesetas.    This  is  supported  by  the report  of  September  13, 1833 by  Mr. Salazzá  confirming  that  production  up  to  that  date.
  5.  The  remaining  pieces of 2  reales  had  to  be  engraved  after  September 13, 1833,   with dies executed by  Eduardo   Coronel,    because   Orellana   was   no   longer  the  main  engraver  of   the  mint.    
  6.   Both  coins  of  1  and  2  reales  of 1833  engraved  by  Juan Orellana  must  be  extremely  difficult  pieces;   with the 2 reales much  more  difficult  to  find  than  the  pieces  of  1  real.
  7.  Eduardo  Coronel  produced  more  than  92%  of  the  total production  of  2  reales  1833,   while  Juan  Orellana  in  less  than 8%;   reason  why  to  date  had  not  found   a  2  reales  coin  carved by  Orellana.    This  allowed  to  attribute  to  Orellana  erroneously  the  few  pieces  found  of  2  reales,  when  they  really  belonged  to Coronel.